29 marzo 2009

Presentado el Corpus Epigráfico del Palacio de Comares de la Alhambra

Corpus Epigráfico de la Alhambra - Palacio de ComaresEl vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Francisco Montero de Espinosa, y la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Maria del Mar Villafranca, han presentado el pasado jueves 26 de marzo de 2009, en la Residencia de Estudiantes de Madrid, la primera parte del estudio Corpus Epigráfico de la Alhambra. El proyecto, dirigido por el investigador del CSIC Juan Castilla e impulsado por el Patronato de la Alhambra y el Generalife, es un trabajo pionero que recoge las más de 3.000 inscripciones árabes existentes en el Palacio de Comares de la Alhambra. El equipo ha recopilado, estudiado y traducido los epígrafes árabes de esta construcción, que han sido reunidos en un libro y un DVD.

Castilla destaca parte de la investigación: “Además de las dos formas básicas de escritura árabe, la cúfica y la cursiva, en la Alhambra se muestra una tercera, que podemos denominar mixta, resultado de combinar las dos anteriores. Por su peculiaridad, la escritura árabe no sólo se utilizó en arquitectura para dar fe de obediencia a Allah, sino que desempeñó, además, una función ornamental, ya que venía a suplir en la medida de lo posible a las artes plásticas, poco promovidas por el islam”.

La escritura árabe ofrece diversidad de formas, aunque existen dos tipos fundamentales: la cúfica y la cursiva. La primera surgió en Kufa, actual Iraq, en el siglo VII. Esta forma de escritura, también llamada kufi, comenzó a tener desde entonces la consideración de sagrada, ya que se utilizaba para realizar las copias del Corán. La escritura cúfica, aunque se utilizó en un primer momento para la confección del texto sagrado, se empleó también en otro tipo de inscripciones y en otro tipo de materiales, como el textil, la cerámica o la madera. Se usó además para perpetuar el nombre de monarcas y poderosos en las construcciones religiosas y civiles. Por otro lado, la escritura cursiva, también denominada nasji o escritura de copistas, reemplazó poco a poco a la anterior ya que resultaba más fácil de leer.

Las inscripciones árabes del Palacio de Comares de la Alhambra recogen en su mayoría el lema dinástico de la época nazarí, Wa-lā gālib illā Allāh (No hay más vencedor que Alá, en su traducción al castellano), además de epígrafes de contenido diverso: piadosos, coránicos, otros que ensalzan al monarca que ha encargado la construcción y algunos versos que hacen alusión al propio soporte de la inscripción.

“Muchos de los versos que hemos estudiado ensalzan al monarca constructor y llaman la atención sobre las excelencias del elemento arquitectónico que da soporte a la propia inscripción. Posiblemente, no habrá otro lugar en el mundo en el que recorrer muros, tacas, columnas y fuentes se convierta en un ejercicio tan similar al de hojear las páginas de un libro de poemas”, destaca el investigador del CSIC.

Juan Castilla y Mar Villafranca presentando este trabajo [Foto: Miguel Ángel Molina, EFE]Los poetas de la época realizaban un trabajo que combinaba arte y ciencia. Bajo el mandato de los monarcas, los poetas, que trabajaban en la Secretaría de Redacción, ponían en marcha los proyectos decorativos. Estos artistas se encargaban de diseñar los espacios donde se grabarían más tarde sus versos, algunas veces escritos ex profeso para esa construcción, y otras veces extraídos de composiciones realizadas con anterioridad. Más tarde ellos mismos realizaban un seguimiento continuo del desarrollo del trabajo y controlaban cómo se grababan sus versos en la
piedra, el yeso o la madera.

“La construcción del Palacio de Comares comenzó en el siglo XIV bajo el mandato de Yusuf I, aunque se cree que fue su hijo Mohamad V el que terminó la obra, ya que diversas inscripciones atribuyen la autoría a su hijo”, detalla Castilla. Yusuf I quiso que la decoración del palacio, que se convirtió en la residencia oficial, impresionara a las personas que lo visitasen, por lo que ordenó que se construyera y adornara de manera exquisita.

[Fuente: CSIC]

27 marzo 2009

Nuevos datos sobre el imaginero ubriqueño José Fernández Guerrero

Imagen de la Virgen de la Soledad de Jerez [Foto: Cádiz Cofrade]Por Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez y Pablo Pomar Rodil, historiadores del Arte.
Publicado en Diario de Jerez, el 10/03/2009.

En el antiguo convento de frailes mínimos de Jerez de la Frontera, radica desde 1564 la Hermandad de la Soledad. Los frailes mínimos tenían a la Virgen de la Victoria como su propia advocación mariana, a la cual dedicaban la mayoría de sus monasterios. Sin embargo, desde que en 1565 se pusiera al culto en su cenobio madrileño la famosa imagen de Nuestra Señora de la Soledad que había realizado Gaspar Becerra por encargo de la reina Isabel de Valois, esta nueva advocación quedó de igual modo íntimamente ligada a la orden y la imagen madrileña -lamentablemente destruida en la última guerra civil- convertida en modelo iconográfico para esta advocación en toda España. Es por ello que apenas veinte años después de fundado el convento jerezano, se organizó en él una hermandad de penitencia con esta advocación mariana como titular.

La actual dolorosa de esta hermandad, una de las mejores artísticamente entre las existentes en la ciudad, no data de aquellos años fundacionales: es muy posterior. Se trata de una escultura de gran belleza cuyo modelado, basado en modelos tomados del mundo clásico, da a la imagen esa expresión de contención ante el dolor tan característica del momento artístico en que se gesta, el neoclasicismo, sin que por ello podamos considerarla como una imagen propiamente neoclásica, toda vez que el sólo hecho de estar hecha para ser vestida responde a un concepto netamente barroco.

Adjudicada desde hace años a un desconocido escultor llamado José Fernández Pomar en virtud de una inscripción a tinta existente bajo torso donde, además de la fecha de realización, 1800, aparece el nombre de este artista y el del diácono José Moreno, mayordomo de la hermandad que cuatro años más tarde la donaría al convento de la Victoria de Jerez junto con un manto de 18.380 reales. La calidad de la obra, nos habla de una mano cargada de oficio que evidentemente tuvo que dejar mayor producción, en modo alguno esta sola imagen, amén de otros rastros vitales en los distintos archivos; sin embargo, hasta el momento todos estos planteamientos quedaban en el más oscuro de los enigmas. La explicación es sencilla, hasta 1871 no quedó regulado el sistema de ordenación de apellidos familiares tal y como lo conocemos hoy y numerosos artistas cambiaban su orden al antojo. Nuestro José Fernández Pomar no era otro que el conocido escultor José Fernández Guerrero, conclusión a la que hemos llegado tras nuestras investigaciones en archivos gaditanos y madrileños.

Son pocos los datos conocidos de la vida de Fernández Guerrero. Sabemos que nació en Ubrique en 1748, que vivió en Cádiz la mayor parte de su vida, que casó con Lucía Cruzado en dicha ciudad, donde falleció en 1826. Pero también sabemos que fue el gozne estilístico de una parentela de artistas que van desde el rococó hasta el neoclasicismo, dado que fue sobrino del también ubriqueño Gonzalo Pomar, afamado entallador rococó, y padre del pintor Joaquín Fernández Cruzado, asunto éste sobre el que volveremos in extenso en un artículo que estamos preparando sobre esta familia de artistas.

Al margen de estos datos biográficos, de su trayectoria y producción artística se puede destacar que pasó a Madrid para formarse en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que fue nombrado académico de mérito. Tras su estancia en la Corte se afincó en Cádiz, donde impartió clases como profesor de dibujo en la Escuela de Plateros y donde ostentó el cargo de Teniente Director de escultura de la Escuela de Bellas Artes a partir de su creación en 1789. Por otra parte son pocas las obras conservadas de Fernández Guerrero, sin embargo, las que quedan delatan su calidad como escultor. Su primera obra conocida data de 1787, la Virgen de las Angustias de la hermandad del Ecce Homo de Cádiz. De entre 1790 y 1793 se conservan los relieves en yeso que sobre el tema de Hércules realizó para la sala de juntas de la Academia. Es autor además de las estatuas de Columela y Balbo el Menor del despacho oval del Ayuntamiento de Cádiz. Fuera de esta ciudad también se conservan otras esculturas salidas de su mano. En 1802 fray Miguel Otura llevó a Sevilla la actual imagen de la Divina Pastora de Capuchinos, obra que Fernández Guerrero había realizado unos años antes y que sustituyó a otra anterior de Cristóbal Ramos datada en 1795. Alrededor de 1806 realizó, por mediación del célebre historiador gijonés Agustín Ceán Bermúdez y para la congregación servita que se había fundado dicho año en la parroquia de Fuentes de Andalucía (Sevilla), una Virgen de los Dolores para la que incluso realizó el diseño de la corona que había de portar. En Sevilla realizó también distintas imágenes y columnas para el retablo mayor del Convento de San Agustín (1819-1822), trabajo éste que por desgracia no ha llegado hasta nuestros días. Es este hasta el momento su último trabajo documentado antes de su muerte en 1826.

Revisando la documentación obtenida, hemos comprobado además que a finales del siglo XVIII fue mayordomo de la Hermandad de la Soledad de Jerez Gonzalo Cruzado, quizá pariente de la mujer de Guerrero, Lucía Cruzado, que acaso pudo servir de intermediario entre la hermandad y el escultor. Estos datos y el que precisamente fuese en esta ciudad donde nació en 1781 su hijo Joaquín, al que ya hicimos referencia, parece indicar una estancia jerezana del artista. De ser así, habría que rastrear otras posibles obras suyas en la ciudad. Una de éstas podría ser la imagen de María de Cleofás de la joven hermandad jerezana del Cristo del Amor, de la que estamos tratando de rastrear su origen. Su análisis estilístico, exclusivamente del rostro dado que las manos no son las originales, desvela un considerable parecido en el modelado con la dolorosa de Fuentes de Andalucía, con la Divina Pastora sevillana y aún con la Virgen de la Soledad que nos ha ocupado en este artículo.

23 marzo 2009

Inaugurado el Centro de Interpretación del Cádiz Prehistórico, en Benalup-Casas Viejas

Pinturas del Tajo de las Figuras, en Benalup, según un calco de Henri Breuil (1929)El Centro de Interpretación del Cádiz Prehistórico, en Benalup-Casas Viejas, acaba de abrir sus puertas y expone estos días las diferentes formas de vida de la Antigüedad. La muestra enseña la vida cotidiana de nuestros ancestros en once rápidas miradas.

El nuevo centro ha salido adelante gracias a fondos europeos gestionados por el Ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas, donde se ubica el nuevo espacio expositivo, y la Diputación gaditana. En la calle Huelva se han reservado 1.100 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, destinadas exclusivamente a repasar las formas de vida de los antepasados cavernícolas. No es un museo al uso, porque cada estancia, cada rincón, permiten la actuación interactiva del visitante.

Hay recreaciones audiovisuales que el público puede elegir. Existen efectos especiales para viajar en el tiempo hasta las cuevas prehistóricas donde quedaron las muestras de arte rupestre. Son réplicas de las pinturas que se encuentran en el Tajo de las Figuras, cercanas a la Laguna de la Janda. También hay una maqueta del pozo del Jadramil, de Arcos, otro vestigio prehistórico que sobrevive en la provincia de Cádiz.

Hay menciones a los utensilios hasta el Neolítico. Un repaso por los alimentos. Explicaciones detalladas de los cultivos y la caza con una cuidada comparación con el contenido de las neveras de hoy. Un monográfico dedicado al fuego y un paseo por los ritos funerarios. El recorrido es también sonoro. En algunas salas suenan la ocarina, el silbato o el tambor. Es el ritmo de la historia, instantes sonoros custodiados en esta nueva máquina del tiempo recién estrenada en Benalup.

El centro estará abierto todos los días de 10:00 h a 14:00 h y de 16:00 h a 18:00 h. El acceso es gratuito.

[Fuente: El País]

17 marzo 2009

Alejandro Pérez Ordóñez, premio de Investigación Histórica "Castillo de Matrera”

Benaocaz (Cádiz) [Foto: Alejandro Pérez Ordóñez]El XIV Premio de Investigación Histórica "Castillo de Matrera" del Ayuntamiento de Villamartín (Cádiz) ha sido concedido ex aequo a Alejandro Pérez Ordóñez, investigador predoctoral de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC) y miembro del Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad (LAAC). El trabajo que le ha sido premiado se titula "Arquitectura y urbanismo islámicos en la frontera occidental del Reino de Granada: la Sierra de Cádiz", y lo redactó en 2003 gracias a una beca de iniciación a la investigación de la Universidad de Granada, bajo la dirección del Dr. José Miguel Puerta Vílchez. Contó, asimismo, con una gratificación adicional por su publicación parcial, aprobada por resolución de la Comisión de Investigación de la Universidad de Granada de 16 de marzo de 2005.

El jurado estaba formado por tres miembros de la Real Academia de San Dionisio de Jerez de Ciencias, Artes y Letras, más otros dos miembros seleccionados a criterio del Ayuntamiento de Villamartín. El otro premiado es Juan José Gómez Vidal, por su trabajo “Aproximación histórica a los sondeos petrolíferos en el término municipal de Villamartín". Los premios se entregarán el 26 de marzo de 2009, a las ocho de la tarde, en el marco de las Jornadas Fundacionales de Villamartín.

El trabajo premiado consistió en una revisión y puesta al día del conocimiento sobre el patrimonio arqueológico, arquitectónico y urbanístico islámicos en una comarca de la frontera occidental del Reino de Granada: la actual Sierra de Cádiz. En él se recoge un trabajo de prospección y de investigación bibliográfica y documental que supone un primer paso de síntesis y actualización de todo este patrimonio y, en palabras de Puerta Vílchez, “el lector encontrará un pormenorizado inventario y análisis de los restos arquitectónicos y de los trazados urbanísticos de época islámica que configuran la Sierra de Cádiz, sobre todo en época nazarí, confeccionado a partir de un minucioso estudio de las fuentes escritas y de la exploración directa de cada uno de los lugares y restos andalusíes de la zona de la que es natural el autor, hasta trazar con encomiable claridad la trama urbana y artística sobre la que se vertebra la vida de esta singular región del antiguo reino nazarí”.

15 marzo 2009

Publicada la versión en inglés de ‘Las fotografías de Vejer de J. Laurent (1867 y 1879). Estudio crítico’, de Antonio Gámiz y Antonio Muñoz

Ha aparecido la publicación de Antonio Gámiz Gordo y Antonio Muñoz Rodríguez J. LAURENT'S PHOTOGRAPHS OF VEJER (1867 & 1879). A critical study (2008) editada por la Sociedad Vejeriega de Amigos del Pais y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz (ISBN: 978-84-612-6427-8). Se trata de la versión en inglés de la anterior publicación de los mismos autores, Las fotografías de Vejer de J. Laurent (1867 y 1879). Estudio crítico, incluyendo fotografías de Vejer de la Frontera (Cádiz) conservadas en el Archivo Ruiz Vernacci (Ministerio de Cultura).

La publicación ha sido diseñada y coordinada por Antonio Gámiz Gordo, doctor arquitecto, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, componente del LAAC, y autor de la primera parte del citado estudio crítico, en donde se aportan datos e ideas que facilitan una mejor comprensión del legado fotográfico y paisajístico de J. Laurent. El autor de la segunda parte del estudio, Antonio Muñoz Rodríguez, historiador con abundantes publicaciones sobre Vejer, nos ilustra sobre algunos episodios de las fotografías estudiadas.

Las imágenes proceden de los negativos originales sobre vidrio conservados en el Archivo Ruiz Vernacci del Ministerio de Cultura. El considerable tamaño de dichos negativos (unos 27x36 cm.) ha posibilitado grandes ampliaciones con una excelente resolución.

Eduardo Mosquera Adell, Catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, ha señalado en una reseña sobre esta obra que "la publicación de Gámiz y Muñoz es una valiosa herramienta para los interesados en la fotografía histórica, también para aquellos ocupados en la protección y el desarrollo urbano en clave patrimonial de nuestros conjuntos históricos, al aportar con sus precisiones una información ejemplar sobre la evolución de una realidad urbana especialmente relevante. Conviene subrayar la importancia del Archivo Ruiz Vernacci, herramienta clave para este álbum, localizado en el citado Instituto del Patrimonio Cultural de España."

11 marzo 2009

Inaugurado el Centro de Interpretación de la Historia de Ubrique en la restaurada San Juan de Letrán


Dª Maria José Valencia, Vicepresidenta del Instituto de Empleo y Desarrollo Socioeconómico y tecnológico de la Diputación de Cádiz (IEDT) y D. Francisco Javier Cabezas, Alcalde de Ubrique (Cádiz), inauguraron el 10 de marzo de 2009 el Centro de Interpretación de la Historia de Ubrique, alojado en la Iglesia San Juan de Letrán. En el acto inaugural, la vicepresidenta del IEDT y el alcalde de la localidad estuvieron acompañados por el delegado provincial de Turismo, D. José María Reguera, y el presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Sierra de Cádiz, D. Alfonso Moscoso.

Fachada del Centro de Interpretación de la Historia de Ubrique [Foto: Alejandro Pérez Ordóñez]
CIHU-San Juan de Letrán
[Foto: Alejandro Pérez Ordóñez]
El nuevo centro de interpretación de Ubrique centra su contenido en la presentación del territorio y desarrollo histórico ubriqueños, además del propio edificio que lo alberga, la Iglesia de San Juan de Letrán, un monumento muy singular restaurado con la finalidad de albergar este centro cultural. La historia local se presenta de forma didáctica, de modo que el visitante podrá conocer desde el Paleolítico Inferior hasta nuestros días a través de una larga sucesión de libros cuyos contenidos se presentan de una forma atractiva con audiovisuales y elementos interactivos.

Los textos de los paneles expositivos se basan en la documentación que en su día redactó la Asociación Papeles de Historia. La empresa catalana Sono se ha encargado de plasmarlos museísticamente.

El centro cuenta, además, con una amplia sala para exposiciones y actividades temporales. En el área de recepción de visitantes se ofrecerá información turística sobre la localidad y se proyecta un audiovisual de introducción general al municipio.